lunes, 24 de febrero de 2014



TEMPLO, HOSPITAL Y COLEGIO DE SAN JUAN DE LETRÁN O 

“EL HOSPITALITO”

  Después de haberse fundado la ciudad de Puebla en 1531, los mismos fundadores buscaron con mucha premura el tener un hospital, que además estuviera bajo la advocación del Señor San José.


 El cronista Echeverría y Veytia relata que se asignaron cuatro solares para construir un suntuoso hospital en la esquina de las que actualmente son la avenida 9 oriente y la calle 2 sur. Siendo alcalde de la ciudad García de Aguilar (1534 y 1537) y sabiendo de la urgente necesidad de un lugar de atención de enfermos, aceptó que se les atendiera en dos casas que tenía construidas inmediatas a la Plaza Mayor (zócalo) mientras se reunían los fondos para la construcción de dicho hospital.

Con limosnas y con la donación que el rey Carlos V hizo, se inició la construcción del hospital, mismo que cuando estuvo en condiciones empezó a atender a los enfermos. Por su lado, el Cabildo realizó “la donación” del hospital al Papa Paulo III para que se agregara al de San Juan de Letrán en Roma, disfrutando con ésto de todas las gracias, indulgencias y jubileos que éste tiene. Don Miguel de la Barreda fue el primer capellán encargado de la misión a Roma además obtuvo el nombramiento de primer patrón para el obispo fray Julián Garcés, pasando el hospital a la muerte de éste a la tutela del Ayuntamiento de la ciudad con lo que se multiplicaron los donativos y sólo así se pudo terminar el hospital y el templo. Poco después se fundó la cofradía denominada «De Nuestra Señora de la Limpia Concepción para el cuidado de los enfermos», nombre que posteriormente se transmite al hospital; más tarde este hospital pasa a manos de los obispos y al llegar a esta sede don Juan de Palafox y Mendoza con el fuerte deseo de fundar un Colegio de Niñas, traslada a los enfermos al hospital de San Pedro, estableciendo aquí el Colegio de la Purísima Concepción conocido como el de las Niñas Vírgenes.

   Con el tiempo el obispo Santa Cruz (1676 y 1699) estableció otro colegio denominado «San José de la Gracia» anexo al templo; este edificio sirvió a diferentes instituciones educativas y actualmente ocupa una parte el Museo Amparo. Posteriormente, el edificio del hospital se convirtió en asilo de ancianos, hasta que fue cedido a la Fundación Amparo para ampliar las instalaciones del museo mencionado.

   Después de verse arruinado el templo por el tiempo mismo, se inició una nueva construcción en 1707, y debido al terremoto del 15 de agosto de 1711 las obras se terminaron hasta 1721; algunos elementos nuevos se dieron en la fachada en donde por ejemplo, se colocó el escudo del Papa Inocencio XIII reinante en ese momento, y para simbolizar la unión que existía con Roma, además se colocaron las esculturas de san Pedro y san Pablo a los lados del portón; finalmente el 19 de marzo de 1832 se inauguró solemnemente este templo.

   Como sucedió en la mayoría de los templos, se registraron algunas pérdidas de obras y este templo no es la excepción pues se cuenta que había en el presbiterio una tribuna alta con reja por donde oían misa las colegialas, además contaba con retablos dorados tanto al frente como a en los muros de la nave. En la actualidad el interior es muy sencillo.

    DESCRIPCION

   Tiene un pequeño atrio abierto, del lado derecho de la fachada hace escuadra con el muro en el cual hay una puerta que daba al colegio que describimos, en la parte superior, tiene una cruz pequeña hecha de piedra y una espadaña y se observa también la cúpula de la capilla anexa hecha a base de gajos revestidos de ladrillo.

   LA FACHADA

   Tiene el portón rematado en un arco, a los lados hay dos esculturas en piedra de cantería, de un lado la de San Pedro y del otro la de San Pablo, estas esculturas se encuentran entre pares de columnas; en el segundo cuerpo hay pilastras que enmarcan una ventana rectangular bajo la cual se encuentra el escudo del Papa Inocencio XIII que citamos anteriormente, con la tiara pontificia de tres coronas y dos llaves a los lados.
En la parte superior y rematando todo el conjunto hay una balaustrada en cuya mitad encontramos un nicho con la escultura de la Virgen y un pequeño campanil sobre éste. Del lado izquierdo hay una torre de un solo cuerpo con columnas adosadas en las esquinas, una cornisa pequeña rodea todo el elemento y cuatro figuras en espiral decoran el conjunto, como siguiendo la misma línea de las columnas del cuerpo inferior, finalmente remata en un cupulín que sostiene una cruz metálica y una veleta en forma de flecha.

   Sobre la avenida 7 oriente observamos los contrafuertes que delimitan cinco tramos en los cuales hay ventanas con el enmarcamiento imitando sillares; en el segundo intercolumnio se ubica la entrada lateral que fue clausurada y que remata en un nicho dentro del cual hay una imagen en argamasa de San José.

    INTERIOR

   Es de una sola nave que se cubre con bóveda de cañón sin decoración, tiene ventanas en ambos lado. Inmediata al presbiterio está la cúpula que es de forma circular y sin soporte, rematada en una linternilla. A todo lo largo del templo los muros se adornan con una cornisa en color blanco.

   El coro se sostiene por dos bóvedas y bajo este espacio hay un cromo de san Juan Bosco y un confesionario, frente a este hay otro cromo de la Divina Providencia y pilas de agua bendita semiempotradas en los muros.

   Del lado izquierdo y después del coro, hay una urna de madera y cristal con una escultura del Santo Entierro, a los lados de este encontramos las esculturas de San José y de la Virgen; después hay dos altares, uno de ellos culmina en un resplandor dorado enmarcando una pintura de Nuestra Señora de Guadalupe; enfrente hay otro con una escultura del Sagrado Corazón de Jesús ataviado con una túnica blanca y capa roja..

   En el presbiterio encontramos el altar de estilo neoclásico con doble columnata en color blanco que enmarca una escultura de madera de Cristo Crucificado, a sus pies y abrazando la cruz hay una escultura pequeña de María Magdalena. En el remate de este altar hay un escudo del Sagrado Corazón de Jesús y a los lados están las esculturas de san Juan y de la Dolorosa. En toda el área del presbiterio hay un lambrín de madera obscura. En el llamado muro testero, también en el presbiterio, hay un nicho que alberga una pintura de “San Juan Evangelista dentro de un caldero hirviendo”.







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